Hola, con autorización de una familia en proceso terapéutico omitiendo la identidad de sus miembros por respeto a los mismos, hoy te voy a compartir una experiencia de consultorio en terapia familiar.

Estoy segura que esta experiencia te servirá de ejemplo para entender mejor a cada miembro de tu familia y darte cuenta si acaso, requieren ayuda terapéutica para enfrentar situaciones difíciles entre ustedes, este es un buen momento para hacerlo., ya que, estamos próximos a fechas familiares, fechas de amor, de perdón, de entendimiento y de integración.

Fue durante una sesión familiar en mi consulta, un adolecente que hasta entonces había permanecido callado, exclamó de repente: “¡No me gusta el futbol!”. Como su padre y su hermana no lo escucharon, lo repitió más fuerte. Entonces, se produjo un momento de silencio y todos lo miramos.

El padre, sorprendido le preguntó “¿Qué dijiste?”. El adolescente volvió a repetir la frase y el padre empezó a discutir con él; entonces, el adolescente se inclinó hacia delante en su silla y gritó: “¡Es a ti, papá, a quien le gusta el futbol!”. La madre suspiró, la hermana hizo una exclamación de asombro y miedo al mismo tiempo por la reacción que ella esperaba de su padre. El padre guardó varios minutos silencio…Luego, se le humedecieron los ojos de lágrimas, parecía que veía por primera vez a su hijo.

La vida familiar no siempre es un largo río tranquilo. A veces está llena de momentos de calma, pero otras, de episodios de gran agitación, de situaciones inesperadas, de pequeñas y grandes crisis…Son numerosas las familias que se enfrentan a esos momentos de inestabilidad y los superan, consiguen vivir en paz y recuperan la capacidad de disfrutar de la experiencia que significa vivir en familia.

Estas familias nos enseñan los recursos que poseen para vivir en equilibrio: auto y heteroestima, es decir, cada miembro de la familia se siente valioso para sí mismo y para los demás. Auto y heterorrespeto, hacia las diferencias de cada uno: los padres aceptan que sus hijos sean diferentes de ellos, apoyan la individualidad de cada uno de sus miembros. De la misma manera, se trata de familias que se comunican abierta y honestamente, se responsabilizan de lo que sucede y se enfrentan a los conflictos mediante el diálogo constructivo, el que busca soluciones teniendo en cuenta las distintas necesidades de cada uno de sus miembros a lo largo de sus diferentes ciclos vitales.

De repente, el adolescente habló y su familia supo escucharlo y actuar en consecuencia.

¿Qué te parece?

  1. ¿Perteneces a una familia que enfrenta sus conflictos mediante un diálogo constructivo en busca de soluciones que beneficien a todos?
  2. Ó ¿identificas a tu familia dentro de un contexto de comunicación problemática?

Si contestaste asertivamente a la pregunta Numero dos, te invito a dar el primer paso para convencer a tu familia de la necesidad de buscar un apoyo profesional que les ayude a encontrar diversas alternativas para lograr una interacción y comunicación correcta entre Ustedes.