Si algo ha cambiado nuestro día a día y la forma en la que interactuamos entre nosotros en los últimos tiempos, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, es el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías. Este fenómeno no sólo se ha entrometido en nuestra vida personal, sino que también lo ha hecho en nuestros puestos de trabajo, escuela y diversas actividades, provocando el tecno estrés.

Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y es nuestra responsabilidad crecer con ellas y, a su ritmo, para mantenernos actualizados. Normalizar su uso en el día a día es una tarea pendiente para gran parte de la población sin importar a que actividad se dedique cada quien.

Como ocurre con todos los cambios generacionales y lo que implican, hay una parte de la población que no se adapta a ellos, tanto por incapacidad como por pensar que no es necesario. En el caso de las nuevas tecnologías y la comunicación (TIC o Tecnologías de la Información y la Comunicación), algunas personas no consiguen gestionarlas de forma saludable, provocando un estado psicológico negativo. Esta situación es conocida como tecnoestrés y cada vez afecta a más personas profesionales, empresarias, empleadas o estudiantes.

¿Hablamos de un nuevo tipo de estrés? ¿Qué significa tecnoestrés?

“Concretamente consiste en una mala adaptación para tratar con las nuevas tecnologías de manera saludable”.

“El tecnoestrés está determinado por la invasión en la vida diaria de teléfonos móviles, e-mails, PDAs, (Asistente Personal Digital) etc.

Como en otras situaciones de estrés, el tecnoestrés es resultado de un proceso perceptivo de desajuste entre demandas y recursos disponibles, que conlleva el desarrollo de actitudes negativas o perjudiciales hacia las tecnologías de la información y la comunicación. Tecnoestrés es un término «cajón de sastre» que alberga diferentes tipos específicos de tecnoestrés, como la tecnoansiedad, la tecnofatiga o la tecnoadicción”.

TECNOANSIEDAD:

Es el más conocido y consiste en que las personas tienen altos niveles de activación fisiológica no placentera, así como tensión y malestar por el uso de algún tipo de TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación)   Tienden a tener actitudes escépticas respecto al uso de tecnologías, además de pensamientos negativos sobre la propia capacidad para manejarlas, llegando incluso a evitarlas.

TECNOFATIGA:

Se caracteriza por sentimientos de cansancio y agotamiento mental debido al uso excesivo de las TIC. (Tecnologías de la Información y la Comunicación) A veces se complementan con actitudes escépticas o creencias de ineficacia respecto a su uso. Además, existe un tipo específico de tecnofatiga, denominado síndrome de la fatiga informativa, que se basa en la sobrecarga de información que sufrimos cuando utilizamos internet.

TECNOADICCIÓN:

Los tecnoadictos son aquellas personas que quieren estar al día de los últimos avances tecnológicos y acaban siendo dependientes de la tecnología. En este sentido, uno de cada tres encuestados (32%) por el Observatorio de Prevención de Riesgos Laborales (OPRL) asegura que siempre o con frecuencia se siente mal si no tiene acceso a las nuevas tecnologías (mail, móvil, Internet), mientras que un 28% siente un impulso interno que le obliga a usarlas en cualquier momento y lugar.

CAUSAS DEL TECNOESTRÉS Y CÓMO EVITARLO

Ya sabemos qué es el tecnoestrés y los tipos que podemos diferenciar, pero ¿qué causa esta ansiedad? Y, sobre todo, ¿cómo podemos evitarlo?

Existen varios factores que pueden provocar un aumento en el riesgo de la aparición de este tipo de trastornos entre las personas con sobre uso de la tecnología. Algunos de ellos son:

La sobrecarga de trabajo, de estudio o sólo el  mero placer de estar usando la tecnología: Es importante que las personas sean conscientes del tiempo del que disponen  y el que realmente invierten para realizar sus tareas ya sea de trabajo, de estudio, de juegos o de mero gusto de estar en constante uso de la tecnología. Se recomiendan los horarios concretos, los cuales ayudan a los usuarios a administrar su tiempo y sus recursos, evitando así situaciones de estrés.

La rutina: La monotonía hace más probable que aparezcan trastornos como el tecnoestrés entre los usuarios. Por ejemplo, cuando el trabajo a desarrollar es aburrido y no requiere de un esfuerzo mental. Una forma de evitar dicha rutina es administrar las actividades en periodos cortos repartidos durante la semana, para que no ocupen gran parte de su día a día.

Un reciente estudio de ‘Percepción y hábitos de la población en torno al estrés’ señala que tres de cada diez usuarios admiten que las nuevas tecnologías aumentan su nivel de estrés. De ellos, siete de cada diez consideran “imposible desconectarse del móvil, la Tablet o las redes sociales” como causa principal de ese tecnoestrés.

Las personas adictas a la tecnología pueden llegar a desarrollar un sentimiento negativo hacia su entorno e incluso síntomas fisiológicos y emocionales típicos del estrés, además de otros síntomas específicos como la ansiedad, el agotamiento mental, el aislamiento social o la dependencia del uso de la tecnología.

SÍNTOMAS DEL TECNOESTRÉS

El tecnoestrés se manifiesta tanto a nivel fisiológico, como psicológico y emocional. Sus síntomas pueden exteriorizarse como:

  • Pérdida de autoconfianza
  • Falta de motivación en el trabajo, escuela o en actividades habituales
  • Baja en el rendimiento en general
  • Conflictos en las relaciones interpersonales
  • Dificultades de memoria
  • Dificultades de concentración
  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Frustración
  • Ira
  • Depresión

Reconocer la presencia de los síntomas tempranos del tecnoestrés es fundamental para el bienestar físico, mental y emocional de los usuarios en cualquiera de sus actividades.