Hola que tal, esta ocasión vamos a hablar sobre los trastornos poco comunes, pero que están ahí de forma silenciosa afectando nuestro sistema nervioso, y obligándonos a dañar nuestro cuerpo tanto física como psicológicamente.
Pero y ¿qué es la tricotilomanía?, esta patología consiste en un impulso incontrolable por arrancarse los cabellos de cualquier parte del cuerpo (aunque por lo general suelen ser de la cabeza). La persona experimenta una gran ansiedad al intentar resistir el impulso de arrancarse cabellos y la única forma de que ésta ansiedad disminuya es haciéndolo. ¿Cómo surge en una persona éste curioso trastorno? ¿Por qué sienten ansiedad si no se arrancan cabellos? Hay mucha gente que cuando se encuentra ansioso en momentos de estrés se come las uñas, agita los pies o se frota nerviosamente las manos. La gente hace esto para liberar tensión, proyectando la misma sobre éstas conductas. La tensión no es más que un mecanismo que nos predispone para la acción y llevando a cabo éstas acciones, descargamos tensión. Pero si por casualidad a alguien le da por liberar su tensión arrancándose algún cabello, pronto empezará a tener cuidado de no hacerlo para no perder una cantidad importante. No pasa nada por arrancarse un cabello cuando se está nervioso, ni por arrancarse dos, ni tres, pero…llegará un momento en el que la persona deba ser capaz de decirse basta.
La primera vez que alguien se arranca un cabello para reducir la ansiedad, probablemente lo hiciera de manera inconsciente. Tal vez estuviese rascándose la cabeza o acariciándose el pelo cuando le dio por arrancarse uno. La acción de arrancarse un cabello es bastante entretenida (ya que primero la persona selecciona un cabello, o un mechoncito lo separa del resto y tira con fuerza suficiente para sacarlo) por lo que necesita focalizar bastante su atención en esa acción, liberando con ello bastante tensión.
El problema surge cuando llega la hora de parar. Si alguien se frota las manos o agita los pies cuando está nervioso, por más que lo haga no va a sufrir ningún daño. En el caso de que le de por comerse las uñas, aunque en algunos casos se puedan producir pequeñas heridas por querer “apurar al máximo”, nadie va a acabar comiéndose sus propios dedos para reducir ansiedad. Pero en el caso de arrancarse los cabellos es diferente porque, si lo hace en exceso, pronto aparecerán zonas calvas y la persona tendrá que dejar de hacerlo si no quiere verse afectado estéticamente, además que estará dañando su piel, ya que la forma más usual es arrancarse el mechoncito lo más cercano a la frente, y es tanto lo que frota en su piel antes de arrancar que seguramente llegará el momento que sentirá ardor e incluso se le podrá hacer una ampollita…¡cuidado!
Es aquí cuando entran en juego todas esas variables que hemos visto sobre evitación de pensamientos y sus efectos. Cuando alguien que se relaja arrancándose cabellos se prohíbe a sí mismo seguir haciéndolo, sentirá aún más deseos de hacerlo. Pensará cosas como “Tengo que intentar no arrancarme cabellos”, “Tengo que estar menos nervioso”, “Tengo que controlar mi ansiedad”, “Si sigo haciéndolo se me va a notar mucho”, “Esto no es normal”, “No voy a pensar más en arrancarme cabello”. Si nos damos cuenta, su intento por no pensar en esa conducta está consiguiendo el efecto contrario, no hace otra cosa que darle vueltas a lo mismo. Esto ocurre porque los pensamientos anteriores contienen los estímulos evitados “arrancarme cabellos”, “nervioso” y “mi ansiedad”. Además si observamos el enunciado “No voy a pensar más en arrancarme cabellos” vemos que paradójicamente está haciendo justo lo contrario, pensar en lo que no quiere pensar. Así es como funciona la evitación que, junto con los pensamientos culpabilizadores “Esto no es normal” o “Debería ser capaz de controlarme” hacen que aumente la ansiedad del individuo.
Una persona en esas circunstancias se encontrará preso por la ambivalencia entre controlar esa conducta y rendirse al impulso para no seguir con esa tensión. Finalmente, tras varios intentos fallidos por controlar la conducta (Que como hemos visto lo único que han hecho es aumentar su tensión), el individuo cede y acaba arrancándose cabellos de nuevo, iniciándose otra vez el círculo vicioso.
Pareciera que fuese solamente una costumbre, ¿verdad? pero déjame aclararte que realmente es un trastorno, y sumamente serio, que nos indica estados profundos de ansiedad que seguramente vienen formándose desde la infancia y se han quedado ahí, como parte tuya y la única forma que puedes liberarte de esa tensión es solicitando ayuda profesional, así que si eres de los que les encanta arrancarse algún mechoncito de vez en cuando, ¡cuidado! Porque puedes estar liberando tu tensión de forma inapropiada.